18.1.19

Reglamento Ortografía para todos

*🏛Ortografía para todos🏛*

Aquí podrás aprender, enseñar y poner en práctica tus conocimientos en gramática.

*Objetivos y temas a tratar*
Tema libre, siempre que esté bien escrito. Pero si no lo está, no hay problema. Aquí ayudamos a corregir.

*Reglas*

✅- No utilizar un lenguaje soez. No se admiten insultos, palabras malsonantes o difamatorias.
✅- Prohibido el uso de SPAM, cadenas, publicidad masiva y flood.
✅- No saturar con memes, pegatinas, PDF y enlaces. Su uso excesivo será sancionado.
✅- Prohibido publicar contenidos sexuales explícitos.
✅- Respetar a cada uno de los integrantes del grupo.
✅-  No ir al privado sin autorización.
✅- Ser miembro activo: Participar en los debates del grupo.
✅- Hacer recomendaciones.

*Las sanciones serán:*
1- Amonestación.
2- Suspensión.
3- Expulsión.

✅- Todo miembro deberá recibir un juicio imparcial antes de ser sancionado, como un derecho que se tiene a la legítima defensa. Un miembro podrá ser exonerado de todo cargo cuando las circunstancias lo ameriten.
✅- Cualquier administrador puede abrir juicio formal a un miembro, cuando lo considere pertinente.

Vale la pena vivir

[1/17 08:21 PM] ‪+52 1 844 356 5630‬: ctf_tal vez todos en algun

Tal vez todos en algún momento de la vida hemos tenido la idea de acabar con nuestra existencia, quizás por alguna desilusión amorosa, por alguna enfermedad, por la necesidad de reunirnos con algún ser querido fallecido, por deudas... En fin motivos hay muchos, pero el mio era porque estaba cansado de luchar.

Desde niño tuve una vida complicada. No es que haya sido un niño no deseado, es sólo que después de mi nacimiento y el de mi hermano, mi padre nos  abandono, dejándonos en el desamparo y en la más  completa miseria.

Desde pequeño conocí el hambre y el abandono. Mi madre por su lado volcó todo su odio, ira y frustración en nosotros, pero aun más en mí, por ser el hijo mayor.

Las golpizas eran diarias ya sea por no llegar a casa con algunos pesos o bien porque habían algunos días en que me sentía mal y no quería salir a pedir dinero a la calle. Ésto mi madre lo tomaba como un acto de rebeldía por lo que sin medir fuerzas me golpeaba hasta que perdiera el conocimiento o bien ella se cansara.

Me crié con vergüenza, las pocas veces que podía ir a clases sufría las burlas de mis compañeros, era el niño golpeado del colegio, ésto lejos de provocarles compasión parecía que los alentaban a seguir maltratandome, me sentía el objeto de violencia de todos los que me rodeaban.
Es increíble como actuan algunos seres humanos, pensaba... ¿En que mundo tan cruel vivía? en el que si te ven en el suelo en vez de brindarte ayuda te patean con más furia.

Fue éste el motivo por el cual deje de asistir a clases y decidí trabajar, ya era un poco más grande con siete años ya no quería seguir pidiendo limosnas en la calle por lo que me ofrecí a ayudar a la gente de un mercado. A cambio de unas monedas ayudaba a cargar bolsas o a acarrear frutas y verduras de los comerciantes, no era mucho lo que ganaba pero al menos nos alcanzaba para llevar algo de pan y verduras a casa. Esto no era todos los días, habían ocasiones en que no ganaba nada y debía someterme a los continuos castigos de mi madre.

En las tardes luego de recibir sus castigos caminaba con dificultad por el dolor y con la cara empapada por las lágrimas, hasta  llegar a  un parque cercano, en donde veía con el corazón destrozado, como las demás madres amorosas, llevaban a sus hijos a jugar, a los cuales trataban con tanto amor. Yo soñaba con tener una caricia de mi madre o una linda palabra de cariño, pero esto jamás ocurrió.

Al pasar un par de años las cosas empeoraron, mi madre enfermo de cáncer sufriendo grandes dolores, a pesar de los malos tratos recibidos de parte de ella me dolía verla sufrir. Me sentía impotente de no poder ayudarla, por lo que cuando falleció me sentí aliviado de que acabara con su sufrimiento... Por fin descansaria.

En ese entonces con trece años, me sentí perdido en el mundo. Mi familia no se quiso hacer cargo de mi, solo lo hicieron de mi pequeño hermano, por lo que decidieron recluirme en un hogar de menores.

La persona encargada me explicó el escenario al cual me enfrentaría, estaría conviviendo con niños abusivos, la mayoría estaban recluidos por tener  historial de victimarios  de violencia y abusos sexuales, era un lugar peligroso para un niño como yo, tímido y de poco carácter.

Le ofrecí un trato a la supervisora de dicho internado, le explique que trabajaba y que con eso me alcanzaba para alquilar una habitación y podría mantenerme solo, puesto que ya era algo que hacía al estar a cargo de mi familia anteriormente. La supervisora aceptó mi trato, no sin antes advertirme que si me metía en problemas regresaría a ese lugar, sin oportunidad de poder salir hasta cumplir la mayoría de edad.

Así llegue a la calle, era verdad que trabajaba, pero mentí al decir que ganaba lo suficiente para poder mantenerme, dormía entre los escombros, cubierto de cartones para poder protegerme de las frías noches de invierno, estuve expuesto a delincuentes y narcotraficantes que me ofrecían "ayuda" a cambio de trabajar para ellos.

A pesar que tenía muchas necesidades jamás quise involucrarme en un ilícito, por lo que rechace sus ofertas.

Al cumplir la mayoría de edad pude conseguir un trabajo oficial, con el que pude alquilar una habitación y salir de la calle, sentía que mis esperanzas se renovaban, pensaba que por fin podría vivir como una persona normal.

Con esa ilusión junte algo de dinero para poder pagar mis estudios, pero al tiempo conocí a una linda chica de quien me enamoré perdidamente. De ella fue que recibí las primeras demostraciones de afecto, lo cual me llevaron a sentir un gran apego... Yo hubiese dado lo que fuera por ella, y así lo hice. Cuando ya tenía una buena cantidad de dinero le comenté mis planes para comenzar a estudiar, pero esta me propuso que con ese dinero podríamos invertir en un negocio el que  ella ya tenía casi listo. Confíe en ella y le entregue todos mis ahorros... Esa fue la última vez que la vi.

Nuevamente con la decepción a cuesta y ya pensando en la crueldad de las personas, decidí que ya no valía seguir luchando en esta vida... Que no valía la pena estar en un lugar en que las personas eran indolentes al sufrimiento ajeno y comencé a buscar la forma para acabar con mi vida, no por cobardía sino por cansancio.

Aprendí a como poder utilizar una cuerda de forma adecuada para hacer un nudo resistente para un ahorcamiento, no quería un nudo cualquiera, quería algo especial... Quería irme con estilo y dignidad.

Cuando por fin logré hacerlo, colgué la cuerda a la viga del techo de mi habitación, pero ésta no resistió mi peso y se quebró botandome al suelo. Me sentí frustrado, pero no me di por vencido, buscaría una forma más efectiva para poder matarme.

En ese entonces trabajaba en un campo agrícola, veía como los capataces manejaban sus armas y decidí que esa sería la forma en que lograría mi objetivo.

Me escabulli en la oscuridad de la noche y me adentre en las oficinas en donde guardaban sus armas y tome una.

Al llegar a mi habitación me di cuenta que aquella arma tenía solo una bala, pero pensé que con una era suficiente. Tenía todo listo, ya con la pistola en mi cien a punto de tirar del gatillo, cuando alguien golpea mi puerta en forma violenta, me sorprendí en el momento y dejé el arma en mi mesa de noche para acudir al llamado, en ese instante al llegar a la puerta dirijo una mirada a la pistola y veo como esta asombrosamente se dispara haciendome perder la única bala que tenía.

Me arrodille en el piso gritando al cielo mi mala suerte, como era posible que ni siquiera poder acabar con mi vida me resultara bien. Sentía rabia, impotencia, dolor de estar pegado a una vida miserable que rechazaba, lloraba por ser ignorado o no ser digno de que la muerte me visitara, pero no me daría por vencido, seguiría luchando, ya no por mi vida esta vez, si no por verme cara a cara con la muerte, ese era mi objetivo y lo conseguiría cueste lo que me cueste.

Cuando se dieron cuenta en mi trabajo de lo que había hecho, me despidieron y nuevamente llegué a la calle.

Caminé en la  oscuridad  buscando la forma de acabar con mi vida, pensé en arrojarme a un camión, pero no quería perjudicar a nadie con mi actuar, y sabía que si lo hacía, acusarian al chófer de asesinato. No quería ser el responsable de que otra familia sufriera por mi causa.

Seguí caminando y llegué a un hospital, entré en forma sigilosa y me introduje en la farmacia de donde saqué medicamentos antidepresivos, los cuales eran lo suficientemente efectivos para causar una muerte.

Salí del hospital con mis bolsillos llenos de esas pastillas de muerte y camine hasta una plaza en donde las ingeri una a una, esperando mi deceso.

Al poco tiempo caí en mi inconsciencia, acompañado de un gran presencia oscura y fría, por fin había llegado la muerte a buscarme, me sentía tranquilo con mi objetivo logrado.

Me tomó en sus brazos y me llevó a un mundo de dolor y sufrimiento que no creía posible.
El panorama era aterrador, un mundo de suicidas, personas con la cara destrozada, cuerpos ensangrentados, almas arrastrando sus sogas con las cuales se colgaron, hermosas jovencitas con sus muñecas cortadas, las cuales me mostraban como brotaba su sangre, reviviendo cada uno su suicidio una y otra vez. Todos en un mar de lamentos. Sus gritos eran ensordecedores, esto me desesperaba, quería escapar de ese lugar salir corriendo pero no podía.

En ese momento escucho una voz profunda, que me produjo escalofríos.

- ¿Es esto lo que quieres?
¿Estas seguro que quieres pasar aquí en este lugar, los años que te quedan por vivir? -

—¡Nooo! -

Grite en forma desesperada.

-No quiero estar en este lugar, esto no es para mi, dejame vivir, prometo seguir luchando por mi vida, solo sacame de aquí -

Suplique entre llantos de agonía.

-Solo tendrás una oportunidad, aprovechala o volverás a este lugar en forma definitiva-

Me respondió aquella voz  infernal.

Luego de eso perdí el conocimiento. Cuando desperté estaba en el hospital amarrado a una camilla, no me explicaba como había llegado a aquel lugar por lo que le pregunté a una enfermera, la que me contestó.

- te trajo un policía quien dijo que te encontró bajo un árbol en una plaza, él te traía en sus brazos -

En ese momento pensé que todo había sido un sueño producto del efecto de las pastillas, pero en ese instante me dijo la enfermera.

-Cuando llegaste estabas muerto, pero logramos traerte de vuelta... Cuida tu vida ya que no todos tienen esa suerte de regresar del más allá.-

-Si señorita, usted tiene razón, soy muy afortunado -

Le contesté con pesar y vergüenza por lo que había hecho.

Al salir en unos días del hospital pedí el nombre del policía, puesto que quería ir a agradecerle personalmente haberme sacado de ese infierno al cual iría a parar.

En recepción me dieron el nombre:
Sargento Sergio Guzmán, lo anote en un papel y fui a la estación de policía.

Al llegar me acerque a un joven que estaba en la entrada y le pregunté por el sargento, este me miró extrañado y me dijo que pasara a una oficina, que su superior me podría ayudar. Me extraño su expresión pero obedeci sin hacer preguntas.

Me dirigí a la oficina señalada e hice la misma pregunta, el policía me hizo tomar asiento y me preguntó, que cual era la razón de mi búsqueda.

Le conté lo que había ocurrido y mis intenciones de agradecerle. En ese momento saca un viejo periódico de su escritorio y me muestra una noticia, la que tenía una fecha señalada desde hacía tres años atrás.

No daba crédito a lo que leía, debía haber un error. La noticia decía que aquel policía había muerto en servicio hacía tres años atrás.

-debe haber un error... Debió haber sido otro sargento con el mismo nombre -

El oficial notó mi cara de desconcierto, a lo que me dijo.

-Hijo no te asombres, no es una confusión de nombre, no eres el primero que viene a agradecer al sargento por salvarle la vida, por lo visto aun después de la  muerte aquel policía sigue salvando y protegiendo a la ciudadanía. Eres un afortunado, si él decidió salvarte la vida debe ser porque tienes un propósito muy importante que cumplir-

Recibiendo las palabras de aquel policía salí de aquella estación con nuevas esperanzas y una extraña alegría, me sentía fuerte y agradecido.

Decidí ya no rendirme y buscar una nueva motivación y un nuevo futuro para mi vida pero aún no sabía cual sería. Auwnte ya de por sí, me sentía un ganador al cambiar mi actitud frente a la vida.

Camine hasta aquella plaza y me senté bajo el árbol en el cual había comenzado mi nueva vida y para mis adentros le agradecí a la memoria del sangento. En ese momento se me acerca un anciano algo triste y me pregunta porque yo estaba tan feliz, le contesté:

-porque vivir es un regalo-

El me miro extrañado y me sonrió de vuelta. Luego saco una tarjeta de su bolsillo y me dijo que lo visitara que me tenía un trato que ofrecerme.

Al otro día fui hacia la dirección señalada y me encontré con una gran empresa, pregunte en la entrada por aquel señor y me hicieron pasar a una oficina, en donde había un elegante señor sentado detrás de un escritorio.

Le dije que no era a él a quien buscaba entregándole la tarjeta.

En el momento me preguntó, que de a dónde la había sacado y le conté lo del anciano.

Se le llenaron los ojos de lágrimas y me abrazo.
Aquel anciano era el padre de aquel hombre quien había fallecido hacia un par de meses, pero antes de irse al ver a que su hijo quedaría solo a cargo de la empresa familiar le dijo que no se preocupara que él le enviaría a alguien para  que lo ayudara.

Yo no podía creer que esa ayuda sería yo.

-¿en que podría ayudarlo yo? Si no tengo ni la más mínima idea de ese trabajo -

Pregunte...  Pero él me dijo que no se trataba del trabajo. El y su padre eran los únicos que quedaban en su familia, aquel hombre había perdido a su mujer y su hija en un accidente y desde ese entonces había intentado quitarse la vida en varias ocasiones, el último intento fue el día en que falleció su padre, éste lo vio con el arma en la mano y lo detuvo, le dijo que le enviaría ayuda, que no lo dejaría solo puesto que él ya debía partir. Después de decir ésto aquel anciano falleció producto de un ataque cardíaco.

Aquel señor confiando en las palabras de su padre me contrato para que estuviera a su lado, así formamos una linda amistad y me ayudó a pagar mis estudios.

De esto ya han pasado años, aquel señor rehizo su vida y volvió a formar una familia, yo aún trabajo a su lado... Pero lo que realmente hizo que encontrará mi propósito fue cuando me encontré con un grupo de ayuda para personas con instintos suicidas.

Gracias a mi experiencia he podido salvar muchas vidas y me he ganado la gratitud de las familias de aquellas personas. También estoy en labores sociales ayudando a niños abandonados dándoles un mejor pasar, junto al apoyo de mi mujer quien a sido mi pilar desde el momento en que la conocí, no tenemos hijos propios pero nos sentimos padres de todos los niños que hemos podido rescatar de la calle.

En esta vida todos tenemos un propósito, pero muchas veces debemos tocar fondo y sentir que esta todo perdido para poder renacer y darnos cuenta que la vida es difícil, pero aun así vale la pena vivirla.
[1/18 12:28 AM] Carlos Upegui: *Pregunta uno*

Considerando tu gusto por la lectura, si disfrutaste o si no disfrutaste leyendo el texto:

_¿El cuento te gusto?_

✅ *Sí*

*Pregunta dos*

Considerando la calidad de la escritura, la redacción:

_¿Qué calificación le otorgas?_

3⃣ Bueno.

Sé que estás ahí

[1/17 05:43 PM] ‪+52 1 844 356 5630‬: Te daré un cuento.
Solo hay dos cosas a calificar.
La ortografía se considera aparte.
[1/17 05:44 PM] ‪+52 1 844 356 5630‬: _*ctb_se que estás ahí*_

No recordaba nada en absoluto. Había despertado en un lecho bastante deteriorado, en una choza alejada de la mano de Dios de la para mí exenta civilización. Me parecía a haber olido el olor de la sangre, pero no estaba seguro, pues éste se hallaba enmascarado por el pestilente hedor de varios excrementos. Al final, conseguí entablar visión con el entorno más allá de mis narices, pudiendo, así, divisar varias pintadas en la pared. Eran letras, con un significado que no lograba entender, quizá por mi conmoción o quizá porque no tenían un significado real.
Lo siguiente que examiné fue mi indumentaria. Estaba raída y empapada en una sustancia para nada bien fragante. Y, además, tonto de mí, no me percaté de que estaba libre, por lo que podría salir de allí. O al menos eso pensaba.
Todo tenía un ambiente bastante lúgubre, que emanaba un ambiente de una solemne y soez decadencia. También logré ver varios instrumentos peligrosos: navajas, grandes cuchillos, barrenas… Por algún motivo, no sentía el miedo que debería de sentir en una situación tan oscura como es esta. Decidí asomarme a la ventana, la única que había que, además, tenía barrotes que impedían el paso, y lo que habitaba en el exterior no era del todo acogedor. Un coche desguazado, una pila de huesos que parecían ser de bestia y un montículo de cuerpos de aves de corral.
La puerta estaba atrancada, además de profundamente oxidada. Al ver que no había mucho que pudiera hacer, pensé en sentarme durante unos instantes mientras que pensaba sobre mi situación y cómo ponerle fin. Entretanto, escuché el crujir de los huesos mencionados anteriormente. “Sé que estás ahí”, susurró una decrépita voz.
No pude evitar sentir pavor al escuchar semejante mensaje proveniente del exterior. Era tanto mi aterramiento que no tuve el coraje de mirar por la rendija de la ventana. Seguidamente, escuché cierto regocijo en forma de risa por parte del ser que moraba en las afueras de la chabola. Guardé un brutal silencio, intentando, desesperadamente, engañar a la criatura de fuera, buscando hacerla creer que no estaba donde ella creía pensar.
El intento fue nulo. Se asomó por la ventana. Su desfigurado rostro me creó un sentimiento desmesurado de miedo y horror. Era totalmente grotesco: presentaba uno de sus ojos, concretamente el izquierdo, estaba cosido, nariz atajada en dos, una
boca a medio coser, pelo que parecía ser tiras de piel deshilachadas… Totalmente sobrecogedor.
Desconocía si ese ser era el dueño de la chabola, o si simplemente fue él el que me trajo aquí, pero fuere lo que fuere, no tenía para nada buen aspecto. Unos 35 minutos pasaron hasta que hizo su segunda llegada, esta vez, golpeando severamente la ventana mientras vociferaba, con un notable balbuceo, la frase “¡Sé que estás ahí!”
Se le veía ampliamente turbado, y tenía una notable intención de hacerme daño, por lo que, valerosamente, decidí hablar con él:
* ¿Qué deseas, ser? -le pregunté miedosamente.
* Tú… estás ahí… no. No es bueno.
* ¿Y qué sucede? -no pude evitar ponerme nervioso.
* Él quiere comer. -respondió, esta vez, con un tono alterado. -a mí me ha hecho esto. Hablar no puedo, ver tampoco. Maldito estoy de por vida, pues inmortal soy a la par que muerto.
* ¿Cómo te ayudo?
* No puedes. Sólo él tiene la potestad. Maldito estoy. He de irme. Él llegará pronto. Lo siento. Adiós.
Tras la partida del sin nombre, no pude evitar el entrar en pánico. No sé cuándo llegaría mi fin, cuándo acabaría todo o lo que fuere. Dejé pasar el tiempo, y dejándolo pasar, empecé a tener hambre. No había nada en la casa que pudiese alimentarme, aunque fuese lo más mínimo, pero a pesar de esto, podía aguantar un rato más.
La caliginosa noche se había cernido sobre el lugar. No se oía nada, nada que no fuese el silencio. De repente, oí un ruido, esta vez de unas cuantas personas a la vez. “Sé que estuviste ahí”, decía el coro. No pude evitar mostrar un cierto desconcierto tras este acontecimiento. Cada vez, estaba más y más aterrado. Intenté dormir, pero no podía lograr tal escape.
Esperé a que el sol ascendiese, o al menos lo intentase, pues el ambiente era siempre de tonalidades grises. Una vez más volvió la primera criatura:
* ¿Sigues vivo? Vaya, no me lo habría imaginado. Aunque, para tu vil desgracia, hoy acaba tu suerte, extraño. Hoy, acabará tu vida.
Me alejé de la ventana, pues quedé devastado. Ya sólo podía esperar. Tras varias horas, presencié el inicio de mi fin: un individuo de gran altura, portador de una gran arma blanca se acercaba hacia mi posición. De entre los matojos, salieron varios sujetos de descripción física semejante al mensajero. El gigante habló: “Sal de ahí, extraño”.
La puerta se abrió, sin saber muy bien cómo, pero salí del habitáculo por primera vez y pisé, descalzo, la puntiaguda tierra. El gigante, una vez más, habló:
* ¡Ja, ja, ja!, ¿¡qué piensas que eres!? Nada. Un trozo de materia inexistente para todos. Materia fría, inerte, superflua para el resto. ¿Qué piensas que eres? Nada. Nada… Por eso, ahora has de afrontar tu destino. Los fuertes prevalecen y los débiles desaparecen. Nada. No eres nada. Inútil criatura sin fin teleológico. Nada. Padeces de vida. Padeces de ansia, pues así, poderoso, puedo curarte. Estamos destinados a la vida después de la muerte, porque, ¿qué sentido tiene la vida si la muerte la justifica? Nada. Pues, ahora, renace.
Tras este diálogo, se me dio muerte. Acabé convertido en nada y a la vez todo, acabé siendo lo que no era y era lo que no fui. Vagaré ahora, por estos angostos senderos, pertenecientes a una muerte en vida de insensibilidad, pues ¿quién pienso que soy?

7.1.19

Once pensamientos de Gabo

 

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LECTURA

11 pensamientos de García Márquez sobre la lengua castellana

Once frases del escritor colombiano en torno a su lengua materna.

Créditos: 

Foto archivo Gabriel García Márquez, Harry Ransom Center

Redacción Centro Gabo

29 de Mayo de 2018

El 26 de marzo del 2007, durante el acto inaugural del IV Congreso Internacional de la Lengua Española, el escritor colombiano Gabriel García Márquez afirmó que los millones de personas que habían leído Cien años de soledad hasta la fecha no eran una prueba del éxito de su libro, sino del éxito de la lengua castellana y su embrujo en los lectores. “Hay una cantidad enorme de personas dispuestas a leer historias en lengua castellana, y por lo tanto un millón de ejemplares de Cien años de soledad no son un millón de homenajes al escritor: es la demostración de que hay millones de lectores de textos en lengua castellana esperando, hambrientos, de este alimento”, dijo Gabo en su discurso.

Esta hambre por el idioma y la imaginación García Márquez intentó saciarla con más de una docena de cuentos, novelas, crónicas y reportajes en los que se evidenciaba un tratamiento especial de la lengua, donde los diálogos de las historias de ficción tenían una constitución distinta a los de la oralidad y donde los arcaísmos y la sintaxis protagonizaban un papel fundamental en la trama de la narración o la visión del mundo del autor.

Compartimos contigo once reflexiones de Gabo sobre la lengua castellana, su importancia, sus alcances y sus límites.

 

1. Por una lengua libre

 

El castellano hablado anda por la calle, en cambio al castellano escrito lo tienen preso desde hace varios siglos en ese cuartel de policía del idioma que es la Academia de la Lengua. Tratar de liberarlo, reduciendo cada vez más la distancia entre el castellano escrito y el castellano hablado, es una tarea en que debemos empeñarnos los escritores de lengua castellana, y en la que de hecho estamos empeñados los novelistas latinoamericanos.


 

“Entrevista con Gabriel García Márquez”.

Libre, mayo de 1972.

 

2. De diálogos hablados y escritos

 

El diálogo en lengua castellana resulta falso. Siempre he dicho que en este idioma ha habido una gran distancia entre el diálogo hablado y el diálogo escrito. Un diálogo en castellano que es bueno en la vida real no es necesariamente bueno en las novelas.


 

El olor de la guayaba, 1982.

 

3. Una lengua olvidada

 

El problema más difícil de resolver en la práctica es el lenguaje. Los escritores de lengua castellana, los de aquí y los de allá, no conocemos ya ni siquiera los nombres verdaderos de las cosas. El nuestro es un idioma fabulosamente eficaz, pero también fabulosamente olvidado.


 

“Gabriel García Márquez”.

Ínsula, junio de 1968.

 

4. Una lengua diversa

 

No puede decirse en qué lugar se habla un mejor español, porque no hay un castellano, sino muchos.


 

“Nos entenderemos aunque sea en español”.

Cambio 16, mayo de 1988.

 

5. El castellano que no es útil

 

Los colombianos decimos que hablamos el mejor castellano del mundo, pero eso es una tontería. La lengua que conservan las academias es una lengua de clase. Hay ciertas casas elegantes de Bogotá que tratan de conservar el castellano más puro del Siglo de Oro y resulta que esto es maravilloso para sus visitas, pero no les sirve para comprar nada en la tienda.


 

“Nos entenderemos aunque sea en español”.

Cambio 16, mayo de 1988.

 

6. Sobre el español mexicano

 

El español más expresivo es el de México, que es, al mismo tiempo, el más impuro. Los mexicanos hicieron una mezcla del español y del náhuatl precolombino, con el resultado de que no aprendieron del todo el español ni se les olvidó del todo el náhuatl. Así nació el mexicano, que es un idioma más expresivo que los demás porque en ciertos casos encierra dos lenguajes. Me explico, como los mexicanos son muy púdicos, han creado un lenguaje que protege al otro. Es el lenguaje del pudor, en que ciertas expresiones inofensivas guardan la clave de otras más vivas y más directas.


 

“Nos entenderemos aunque sea en español”.

Cambio 16, mayo de 1988.

 

7. Una literatura en lengua castellana

 

No hablemos más por separado de literatura latinoamericana y de literatura española, sino simplemente de literatura en lengua castellana. Esta división se hacía hace poco entre los propios países de América Latina, y ha sido olvidada ante la aparición simultánea e inexplicable de buenos novelistas en la mayoría de nuestros países.


 

“Gabriel García Márquez”.

Ínsula, junio de 1968.

 

8. El futuro del español

 

Dentro de cien años la América Latina será la América Latina de Bolívar: una unidad regional afirmada sobre los valores de cada país. Hasta el Brasil se habrá entregado del todo a esa América Latina y su portugués será una de las lenguas hermanas de la región. A pesar de las diferencias existirá un castellano con el que nos entenderemos todos. Y, en cuanto a España, no hay razones para alarmarse, porque con ella nos hemos entendido siempre; incluso en español, y acabaremos entendiéndonos también dentro de cien años.


 

“Nos entenderemos aunque sea en español”.

Cambio 16, mayo de 1988.

 

9. Hacia una maternidad lingüística

 

El español tendrá el destino del latín: ser madre de idiomas. Conozco muy bien América Latina y dirijo en Cuba un taller de cine donde hay siempre un alumno de cada país hispánico de este continente. Pues bien, uno de ellos me dijo hace poco que hablo un esperanto latinoamericano. Tenía razón: como conozco todos los acentos, tengo el cuidado de hablar de manera que todos mis alumnos me entiendan.


 

“Nos entenderemos aunque sea en español”.

Cambio 16, mayo de 1988.

 

10. La comodidad del castellano

 

Excluyendo las grandes obras maestras, prefiero leer una traducción mediocre que intentar leer algo en la lengua original. Nunca me siento cómodo leyendo en otra lengua, porque solo me siento verdaderamente compenetrado con el castellano. Sin embargo, hablo italiano y francés, y sé suficiente inglés como para haberme envenenado con la revista Time todas las semanas durante veinte años.


 

“Gabriel García Márquez”.

The Paris Review, 1981.

 

11. Una herencia española valiosa

 

No puede negarse que en América Latina existe una fuerte presencia de la cultura española, junto con la cultura portuguesa en el Brasil. Se encuentra en todas las manifestaciones de la vida y el castellano es el idioma que hablamos. Es un elemento de una gran riqueza, pero al mismo tiempo controvertido y despreciado muchas veces. Aunque esa herencia también forma parte de nuestra personalidad cultural, hay en Latinoamérica una falsa vergüenza por todo lo español que me parece excesiva y peligrosa y nos complica las cosas. Al contrario, yo me siento muy orgulloso de contar con este aporte y no me avergüenza en absoluto.


 

“Entrevista. Gabriel García Márquez”.

El Correo de la Unesco, octubre de 1991.

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6.1.19

No estoy loca

NO ESTOY LOCA.

Hola, mi nombre es Elizabeth, me encuentro en lugar para locos, mi familia me encerró en este lugar desagradable y triste. Tengo solo 20 años, me enamoré perdidamente de un hombre un poco mayor que yo. Me hice su novia y como toda relación pensamos en casarnos. Pero un día antes de la boda murió e un accidente, otro auto lo impactó de frente cuando él se conducía en su motocicleta. Ese dia me negaba a aceptar que él se había ido para siempre. En los siguientes meses me refugie en mi cuarto, poco comía y mi salud cada día se deterioraba. Le gritaba desesperada que volviera pero eso no sucedería. Hasta que una noche comenzó lo que causaría mi instancia en este lugar para locos. Cada noche, algo me visitaba y me tocaba, yo no podía mover ni un solo músculo, era algo no humano, nunca pude ver su rostro, solo su silueta oscura que se posaba encima de mi. Cuando le conté a mi madre pensó que la depresión me estaba volviendo loca.

Con lágrimas en mis ojos le decía que algo no humano me violaba todas lad noches. Mi madre con ojos de incrédula y asustada me dijo que me llevaría donde un psicólogo. Yo sabía que no estaba loca, pero de igual manera acepté. Las visitas nocturnas continúaban, pensé en poner la cámara de mi computadora y así darme cuenta que era lo que entraba en mi habitación y me violaba. Un día al caer la noche, deje todo preparado, me acosté en la cama y no me dormí, me quedé ahí quieta esperándolo. Cuando se hicieron las 12.30am empecé a escuchar como la puerta comenzaba a abrirse, mi respiración comenzó a acelerarse debido al miedo que sentía. Sus pasos se oían al rechinar con cada paso que daba sobre el piso. Sentí como la cama se hundió al sentarse a mi lado. Se me acerco al oído y me dijo algo que no pude distinguir. Después de eso comenzó a violarme una vez más.

Al amanecer, corrí hacia la computadora para ver quién era el que entraba a mi cuarto. Pero, esta no estaba en el lugar donde la había dejado. En eso mi madre entró a mi habitación y me dijo que teníamos que ir donde el psicólogo. No quise preguntar sobre la computadora y solo obedeci. Mientras me duchaba comencé a sentirme muy mal, como pude salí del baño y le grite a mi madre. Ella entonces me llevó en su carro a emergencias. Yo me sentía muy cansada y el vómito no paraba. Mi rostro muy pálido preocupó aún más a mi madre. Al llegar al hospital me atendieron de emergencia. Me hicieron veros exámenes y me inyectaron algo que calmó un poco mi malestar. Después de una hora mis resultados llegaron, pasamos de nuevo con el médico que me había atendido y con los exámenes en sus manos me miro y me dijo que no era nada grave lo que me ocurría sino todo lo contrario, yo estaba embarazada.

Mi madre dirigió su mirada hacia a mí con asombro, yo aún en shock sin poder creerlo. Mientras íbamos de camino hacia la casa mi mamá no me dirigió la palabra, yo aún iba muy conmocionada, no dejaba de pensar que estaba embarazada de un ente o demonio. Cómo podía ser posible eso. Al llegar a la casa me fui directo a mi cuarto muy horrorizada y tratando de digerir tal noticia. En eso mi madre entró de golpe al cuarto y tiró mi computadora a la cama. Me dijo que había visto lo grabado de anoche, por eso quería llevarme donde el psicólogo. Yo entonces abrí mi computadora y comencé a revisar la grabación. En éste se veía como yo misma me infligia tal abuso. Yo no lo podía creer, si eso era así por qué estaba embarazada.

Eso mismo comencé a cuestionarle a mi madre, pero mi mamá estaba demasiado preocupada por mí que sólo me exigía el nombre del padre de mi hijo. Pues ésta creía que estaba loca, que imaginaba todo debido a mi locura y que alguien se había aprovechado de eso y me había embarazado. Yo aún seguía enamorada de mi novio muerto, no era posible que yo lo iba a engañar. Pasaron dos meses y el embarazo comenzaba a notarse, esperaba con ansias un ultrasonido para saber que era lo que estaba dentro de mí. Pero una mañana amanecí sangrando, asustada llamé a emergencias, rápido llegaron y me llevaron al hospital, después de revisarme el doctor me dijo que tenía que hacerme un legrado, había perdido al bebé. Mientras me encontraba en la camilla después de que me practicaron el legrado no pude evitar comenzar a llorar, me habían pasado tantas cosas extrañas en un momento, me sentía triste y vulnerable. Cuando en eso una voz muy clara y fuerte me dijo al oído "muy pronto estarás conmigo y nuestro hijo" ese día entonces lo entendí y lo supe todo.

Cuando mi madre me fue a recoger al hospital, preocupada me miró y me dijo que iríamos a otro lugar. Cuando el auto iba en curso le dije a mi madre todo. El hijo que estaba esperando era de mi novio muerto, el era quien me visitaba por las noches y que hoy él me lo había confesado todo. Mi madre puso cara de horror y a la vez tristeza, lágrimas rodaron por sus mejillas y en eso detuvo el auto, me dijo que me bajara y así lo hice, después de eso tomó mi mano y llegamos hasta un edificio y me dijo que necesitaba ayuda. Desde ese día me encuentro en este hospital psiquiátrico, no estoy loca, sé muy bien lo que escuché, y solo sigo esperando a que mi novio muerto venga por mí y así estar juntos para siempre, él, mi bebé y yo.

Carla

Carla era una joven estudiante que trabajaba en un bar para pagar sus estudios. Un dia entró al bar un joven de aspecto desaliñado, pidió un café, pagó con una moneda vieja y se quedo dormitando en la mesa. Anochece y el encargado lo quiso echar pero Carla intercedió :afuera hace mucho frio, seguro no tiene donde pasar la noche". -"Me da igual, si quieres llevalo a tu casa" Ella despertó suavemente al joven y le pidió que se marchase, él se marchó sin percatarse que ella habia introducido un billete de 10 euros en su bolsillo .

El bar cerró y Carla como ya no tenía dinero para el taxí, optó por caminar hasta su casa, hacía frio así que apuro el paso, pero se percató que alguién la seguía, podia escuchar sus pasos, ella caminó lo mas aprisa que pudo, todo estaba solitario no podia pedir ayuda a nadie...en eso vió un bar abierto, entró pensado allí llamar a su amiga para que la recoga en su carro, el bar estaba vacio, sólo una joven que limpiaba el.mostrador, Carla le explicó su situación , - Entiendo que estas asustada, si quieres puedes pasar la noche en mi piso que queda cerca"

No, llamaré a mi amiga" pero no encontró su celular y no sabia su número de memoria, entonces de nuevo la camarera le ofreció su piso, Carla aceptó, la joven le parecia bondadosa. - "Voy a ver que todo esté en orden en la despensa y luego nos vamos" . Regresó y juntas abandonaron el bar y llegaron a un edificio destartalado, Carla lo miró sorprendida, pero la otra joven le dijo que aunque parecia viejo, por dentro no estaba mal, entraron y todo parecia ruinoso....pero no tuvo tiempo de decir nada màs, cuando un hombre surgió de la sombra la agarró con fuerza tapándole la boca y la camarera en vez de ayudarla solo sonreia.

Ironias de la vida, por huir de un chico malo, caes en manos de otro peor, èl es mi hermano gemelo y le gusta bomboncitos como tú, lo llamé mientras iba a la despensa, él te hara el amor y yó miraré , cosa que me gusta mucho y despues lo siento por tí, no podemos dejar testigos. Entonces el hombre la arrastró hacía dentro dispuesto a violarla.....pero entonces pasó aquello, de las tinieblas surgió un enorme lobo negro ojos color sangre, la camarera al verlo salió huyendo aterrada, el hermano tiró a Carla y se enfrentó a la bestia sacando una navaja, pero un lobo gigante no es lo mismo que una chica indefensa, así que cayó al piso con la garganta destrozada, Carla al ver esto se desmayó de pànico.

Ya era de dia cuando ella recobró el conocimiento, el cadaver del gemelo estaba ahí en un charco de sangre, pero el lobo había desaparecido, en eso Carla vió dos papeles bajo un fragmento de tela...uno era un billete de 10 euros, y el otro era un papel donde estaba escrito: Perdona que te siguiera anoche, pero queria devolverte el billete....los lobos no necesitan dinero.

Wally Opina

Wally Opina es un reportaje semanal del formato Late Show con el objetivo de entretener y dar opinión acerca de los hechos políticos y de ac...