Un viejo episodio de caridad

Cierto día, un hombre de avanzada edad, estaba pidiendo limosna en la esquina de un estacionamiento. La gente pasaba , como es común, sin prestarle atención. De pronto, un tipo se acerca al anciano y a pesar de verlo apenas moverse le dice: «Caballero, yo le puedo dar el dinero que usted necesita, ¿Con 100 dólares es suficiente? »
El anciano estaba muy feliz y al borde de las lágrimas, cuando de pronto el caballero le dice: «Pero con una condición, tiene que limpiar toda mi casa, que es de 2000 metros cuadrados, cuidar a mis mascotas, podar mi jardín durante un mes, usted solo...¿Acepta?»
El anciano, visiblemente mortificado, sólo asintió con la cabeza y dijo : «está bien caballero, haré lo que usted diga, tengo hambre y frío. Además, podré comprarme algo de ropa».
Mientras el anciano se levantaba para cumplir su trabajo , el caballero lo interrumpe nuevamente : «Señor, tranquilo, no se apresure en ponerse de pie aquí mi ayudante lo ayudará a entrar a mi auto. Muchas veces he dado dinero y la gente sólo quiere dinero fácil para tomar licor o nimiedades de la vida y siempre han rechazado trabajar, como usted ahora se ha comprometido; pero no le voy a dar los 100 dólares, le daré mil y lo llevaré a vivir conmigo. Siempre se necesita gente trabajadora y con ética en casa».
«Gracias» - le decía el anciano - «No tiene porqué, gracias a usted, por permitirme ayudar a quien realmente lo necesita». . Y partieron rumbo a casa del caballero. El anciano vivió sólo 8 meses, pues sufría (sin saberlo) , de una enfermedad terminal, pero fueron los 8 meses más felices de su vida, pues aquel caballero mitigó en lo posible , su sufrimiento hasta el último día de su vida.

(Escrito por Miguel Yañez desde Perú).