18.12.17

Las ardillas encantadas

Las ardillas encantadas
(Escrito por Carlos Upegui desde Colombia).
Cuenta la leyenda que hace muchísimos años, las ardillas vivían felices en el bosque y
cuando los niños iban a pasear con sus padres, salían a su encuentro para jugar las más
divertidas rondas y tararear las más hermosas canciones. No necesitaban hablar como
los humanos para transmitir su gran felicidad y la inmensa alegría de saber que los niños
las buscaban para jugar. Los niños las apreciaban de tal manera, que durante toda la
semana recolectaban migajas de pan para llevarles a cambio de las piruetas y danzas,
que tan graciosamente sabían exhibir.
Aunque hablaban en un idioma que ningún ser humano podía entender, los niños
observaban sus gestos y movimientos y de inmediato sentían una mágica sensación de
bienestar que transmitían a todos los miembros de sus familias. Las adorables ardillas,
como las llamaban, tenían una misión secreta que hasta ese entonces, ningún humano
conocía: protegían a los árboles de las malas energías que pudieran recorrer el bosque,
para hacerlos sanos y frondosos, y así contribuir a la salud de todos los seres que lo
habitaban.
Un día, apareció en el bosque un señor muy raro que proclamaba a los cuatro vientos un
extraño mensaje que denominaba “progreso”. Entonaba himnos y cánticos para
justificar la tala indiscriminada de árboles y conseguir adeptos para su causa. Portaba en
sus manos armas letales con las cuales daba muerte a los pobres árboles de manera
inmisericorde. Y luego, como poseído por extraños demonios, repetía un cántico que le
había enseñado su tío Epifanio, con el cual convocaba a los demás señores de la vereda
y al unísono cantaban: el hacha que mis mayores me dejaron por herencia, la llevo
porque a sus golpes, libres acentos resuenan. Que equivocados estaban. Que maléfico
conjuro había hecho que tantos hombres perdieran la cordura.
Las ardillas asustadas al ver semejante atrocidad, realizaron una asamblea y decidieron
aprender el lenguaje de los humanos para tratar de ser escuchadas. Desesperadas,
buscaban por todos los medios que los humanos recapacitaran sobre el inmenso daño
que estaban causando a la naturaleza. Intentaban de todas las formas posibles hacerse
entender de los niños, pero solo conseguían que estos se sintieran más y más atraídos
por su simpática forma de ser, y nunca entendieron el angustioso mensaje de urgencia
que querían transmitir a los adultos.
Fue así como decidieron asistir a la escuela para aprender la forma de comunicarse con
los niños. Como es obvio, con la fama de juguetonas y distraidas, las profesoras las
rechazaron de inmediato, porque consideraban que se convertían en elementos
distractores para el aprendizaje de sus alumnos. Pero las ardillas son más inteligentes de
lo que el común de la gente cree. Ingresaron a la escuela camufladas en los maletines de
los niños. Desde entonces, los maletines escolares tienen dibujada una ardillita con las
letras A B C. Así, pudieron salvar una parte del bosque para que los seres humanos no
perecieran.

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Wally Opina

Wally Opina es un reportaje semanal del formato Late Show con el objetivo de entretener y dar opinión acerca de los hechos políticos y de ac...